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Por qué los gatos son incapaces de ver una golosina si se la pones delante de sus narices a plena luz del día

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Sabemos que los gatos son depredadores impresionantes capaces de detectar presas a poca distancia en la oscuridad de la noche. Sin embargo, si durante el día colocas una golosina frente a ellos, básicamente son ciegos. ¿Qué demonios ocurre con ellos?

De esto va precisamente la última pieza de los chicos de SciShow, quienes pasan a desgranar las claves de la visión de los gatos, tanto de día como de noche.

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Y es que dicha visión no es asombrosa las 24 horas del día, de hecho, son capaces de ver a la perfección en la noche pero eso tiene sus consecuencias durante la luz del día. Los gatos son crepusculares, lo que significa que son más activos durante las horas del amanecer y el atardecer.

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Como resultado de ello, sus ojos han evolucionado para ver mejor cuando la luz es baja. Unos ojos que son enormes, casi tan grandes como los humanos, a pesar de que sus cabezas son menos de la mitad del tamaño de la nuestra.

Por otro lado, sus pupilas también tienen un mayor rango de tamaño. Las pupilas humanas pueden dilatarse hasta 15 veces su tamaño más pequeño, mientras que las pupilas de los gatos se pueden dilatar 135 veces, y se vuelven aún más anchas que las pupilas humanas para permitir que entre mucha más luz.

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Las partes de sus ojos que dejan pasar y enfocan la luz, las córneas y lentes, también son proporcionalmente más grandes, lo que en última instancia significa que llega más luz al tejido sensible en la parte posterior, lo que llamamos retina.

Además, tienen una capa reflectante adicional detrás de la retina llamada tapetum lucidum, la cual refleja cualquier luz que la alcance, lo que le da a la retina una segunda oportunidad de capturar lo que se perdió. Las células especiales en la retina (llamadas fotorreceptores) son las que realmente perciben la luz.

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Al igual que nosotros, los gatos tienen dos tipos de fotorreceptores: bastones y conos. Tienen más bastones que conos, y los bastones captan mucha más luminosidad, pero se saturan cuando hay demasiada luz, y no son sensibles al color. Por su parte, los conos se utilizan en la visión del color, pero solo funcionan realmente si hay una buena cantidad de luz.

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Los gatos tienen casi tres veces más bastones que nosotros, aunque un 10% más de conos. Esa es la razón por la que los gatos ven mucho mejor en la oscuridad, pero también todo exageradamente claro a plena luz del día, y también hace que esos bastones se sobrecarguen y se pueden apagar por completo.

Si ocurre, la situación deja al puñado de conos para hacer el trabajo pesado, lo que hace que la visión diurna sea bastante insignificante.

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En cuanto a esos ojos enormes, en realidad son muy difíciles de enfocar. Para concentrarse en un objeto cercano deben doblar esa parte dura de su globo ocular llamada lente lo suficiente como para cambiar la forma en que la luz entra en su ojo.

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Mientras que nosotros tenemos unos músculos específicos en los ojos que pueden hacer eso rápidamente cuando necesitamos enfocar algo cercano, las enormes lentes de los ojos del gato no son tan flexibles, por lo que no se doblan tan bien como las nuestras.

En última instancia esto significa que los gatos simplemente no pueden concentrarse en nada más cercano a unos 25 centímetros. Por esa razón, cuando sostienes una golosina frente a la cara de tu mascota, todo lo que ve es simplemente borroso.

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Y sí, también es posible que tu mascota se coma lo que sea al momento de mostrárselo, pero eso se debe a que su sentido del olfato es dos veces más agudo que el nuestro. [SciShow]